Mi vida está ligada a los libros. Sin ellos no sé quién soy.
Escogí una profesión (profesora de filosofía y literatura) que me permitiera mantenerme entre ellos. Con el tiempo desarrollé un oficio que me llevó a conocer y jugar con su arquitectura (editora).
Con mis lecturas, las ganas de escribir y el tedio de la pandemia, llegué a los talleres literarios de la Oruga.
Una incursión al cuento y una zambullida en la novela, me tienen, hace dos años, aprendiendo y reaprendiendo: escribo, borro y vuelta a comenzar. ¿Camino o laberinto? Este es un juego sin fin. Y Mary Rogers se encarga de trazar nuevos atajos cuando ya piensas que estás llegando.
Sus ejercicios provocan, sus comentarios interpelan.
Con humor, inteligencia y cariño te invita a seguir, ¿hasta? No lo sé.

El taller comenzó siendo un continente para habitar nuevos contenidos pandémicos. Hoy despertó una parte mía que estaba dormida y dió cuerda a una forma diversa de mirar el mundo, una lo-cura validada, funcional y creativa.

«Mary Rogers es una magnífica maestra, en su taller de literatura uno aprende a un ritmo relajado pero nos saca el jugo, saca en cada clase lo mejor de nosotros. He aprendido muchísimo y también he leído mucha literatura contemporánea.  Después notas que has avanzado al ver todo lo que escribes semanalmente. Esa capacidad de escucharnos y dialogar sobre nuestros textos hacen del taller una experiencia inolvidable».

«Mi experiencia en los Talleres de la Oruga fue muy buena. No solo es un espacio en el que se aprende y se desarrolla el músculo de la escritura a través de ejercicios dinámicos y muy divertidos, también es un espacio de conversación e intercambio de ideas muy grato para desarrollar la escritura. Lo recomiendo a cualquiera que quiera iniciarse en la narrativa escrita y a quienes tengan un manuscrito en desarrollo, es un taller ideal para revisar los textos junto a alguien que les ayude a mejorar sin transformar su escritura en una copia de la de alguien más».

«Participar en el taller de Mary es una ventana hacia las vivencias y emociones que uno tiene y posterga; con la guía y paciencia de Mary uno logra armar un relato bello de esos recuerdos y vivencias. Una experiencia recomendable, que se espera semana a semana Además,  el grupo promueve la mejora en la escritura. Conocí a personas diversas, interesantes y dispuestas a compartir la escritura, en un espacio protegido y amable».

«Los talleres de Mary fueron un impulso necesario para poder soltar la mano, dar rienda suelta a la cabeza y compartir esa linda intimidad que conlleva la escritura. Con su paciencia y cariño, Mary creó un espacio de comodidad en donde cada uno de los participantes logró mostrarse genuinamente, a través de su pluma y sus matices personales».

hacer

«Descubrí el taller de cuentos de Mary Rogers comenzando la pandemia. Lejos, la mejor experiencia. Es mi tercer año y ¡disfruto cada miércoles de nuestros encuentros y correcciones !

«La pandemia derrotada por el Taller La Oruga, Hoy más cuerdo que ayer gracias al Taller. Ingresé balbuceando mis cuentos, ahora parloteo gracias a la Maestra».

Mis dragones, unicornios y marcianos ya no habitan sólo mi imaginación, ahora viven en un cuento.
Es maravilloso como Mary Rogers te ayuda a encontrar tu escritor interno.
Las sesiones de escritura, lectura y conversas con los compañeros, todos tan distintos y especiales son cosas que ansío volver a vivir.¡Volveré!

Participé en los talleres literarios de Mary Rogers aproximadamente tres años. Ha sido, para mí, de las experiencias más enriquecedoras que he experimentado. Descubrí a través de la escritura un canal para expresar mis emociones más profundas , echar a volar la imaginación y hacer una verdadera catarsis creativa.

Mi vida está ligada a los libros. Sin ellos no sé quién soy.
Escogí una profesión (profesora de filosofía y literatura) que me permitiera mantenerme entre ellos. Con el tiempo desarrollé un oficio que me llevó a conocer y jugar con su arquitectura (editora).
Con mis lecturas, las ganas de escribir y el tedio de la pandemia, llegué a los talleres literarios de la Oruga.
Una incursión al cuento y una zambullida en la novela, me tienen, hace dos años, aprendiendo y reaprendiendo: escribo, borro y vuelta a comenzar. ¿Camino o laberinto? Este es un juego sin fin. Y Mary Rogers se encarga de trazar nuevos atajos cuando ya piensas que estás llegando.
Sus ejercicios provocan, sus comentarios interpelan.
Con humor, inteligencia y cariño te invita a seguir, ¿hasta? No lo sé.