Nací en Santiago de Chile, el año en que se realizó el Mundial de Fútbol. Estudié en un colegio estadounidense que me ofreció una educación integral, incluyó el amor por el pensamiento, el arte; el desarrollo de la sensibilidad social y una mentalidad abierta que hoy agradezco. Fui privilegiada. Mediante la experiencia personal, aprendí que no dura para siempre y que no tod@s lo son. Eso me ayudó a mirar a los demás de cerca. También lo agradezco.
Desde 1986 trabajé como periodista, compositora y locutora, pero la escritura siempre estuvo latiendo . El año 2008, nació mi primer libro «Fango azul». Ese mismo año, me aboqué a escribir una autobiografía- «Entre radios y medianoche»- que combinó acontecimientos de la dictadura con mi experiencia en los medios de comunicación.
Una década más tarde, el Fondo del Libro del Ministerio de las Artes y la Cultura Nacional me otorgó la beca de creación para terminar de escribir «La cofradía de la luz», novela juvenil publicada el año 2021.
«La casa de Kyteler», salió al mercado en plena pandemia, diciembre 2020, por la editorial Desastre Natural .

Leo y escribo con pasión. Asimismo, viajo y circulo por las calles del mundo observando al ser humano, principal protagonista de mis escritos, con sus dudas, ideas, magia y contradicciones.
Tengo dos hijos maravillosos que, en sus áreas, entregan al mundo un regalo de creatividad y sensibilidad, reflejando lo que son.
Formo parte de AUCH +, SADEL y PEN Chile.

UN POCO DE HISTORIA PERSONAL
A los diez años decidí que iba a ser actriz y escritora. Mi hija no será una bataclana comunista, exclamó mi padre, veinticuatro meses más tarde me regaló una máquina de escribir. No recuerdo cuánto habré escrito en ella, pero fue el comienzo de algo que se convertiría en parte de mi historia.
A los diecinueve, cuando él había pasado a mejor vida, tomé un curso de teatro y me di el gusto de actuar en el Teatro Moneda. Recuerdo la emoción del escenario, el olor de bambalinas, las luces, los aplausos y el mejor cumplido que alguien me ha dicho jamás, de parte de la maravillosa Pury Durante, «Lo hiciste casi como profesional».
Una máquina de escribir me representa, como un artefacto comunicacional que siempre será bienvenido, al igual que ustedes en este espacio de literatura y pensamiento. Gracias por leer.
